JUDAS
HECHOS DE
LOS APÓSTATAS
INTRODUCCIÓN
La carta de Judas (No el Iscariote, sino uno de los
cuatro medio hermanos de Jesús Mt 13:55; Mr. 6:3), se escribió en un tiempo donde el cristianismo se encontraba bajo un
severo ataque político por Roma y donde la apostasía (Deserción de la fe
bíblica v3, 17) anunciada por Pedro (2P 2:1) se infiltraba en la iglesia
agresivamente por ministros carismáticos y populares que ganaban muchos
adeptos. Judas es el grito de guerra de la única carta del Nuevo Testamento dedicada
exclusivamente a la guerra contra la apostasía moral y espiritual (vers. 3-4, 17-18); es el único libro del NT
enfocado exclusivamente a confrontar la apostasía. Un verdadero ministro de la Palabra
es la persona que ama la verdad, enseña la verdad y guía a la verdad (Mt 22:16; cf. Mr. 12:32), un falso ministro es la
persona que ama el error (2Ti 3:1-5), enseña el error (Ef. 4:14) y guía al error (Mt 15:14). Jesucristo llama al cristiano a guardarse de los falsos maestros (Mt 7:15).
I. CARACTERÍSTICAS DE LOS FALSOS MINISTROS
A. Entran
encubiertamente (v4a; cf. Mt 7:15).
Entran sigilosa e ilícitamente. 2P 2:1: “Introduciendo
encubiertamente herejías de perdición.”. En gr. “pareisdyein”- es una palabra muy
expresiva. Se usa de las palabras halagüeñas y seductoras de un contendiente
astuto que se filtran gradualmente en el interior de las mentes. Los nuevos “apóstoles” y “maestros”
no fueron «llamados». Su trabajo es anónimo («algunos hombres»), se han
infiltrado, vienen como ladrones. No están autorizados públicamente en la
comunidad. Quien quiere enseñar en la Iglesia, debe justificar su misión.
B. Convierten
en libertinaje la gracia de Dios (v4d; cf. Ro 6:1-2).
La palabra libertinaje se refiere a la falta de reverencia a la voluntad
de Dios y al falso uso de la libertad cristiana (Gá
5:13–23). La mayor parte
de la gente trata de ocultar sus pecados; tienen suficiente respeto a la decencia
como para arriesgarse a que se los descubra. Pero el gr. “aselgués” es el que ha perdido
hasta tal punto la vergüenza que no le importa que se conozcan sus crímenes.
C. Niegan a
Dios y al Señor Jesucristo (v4e,f; cf. 1Jn 2:22).
No es una negación de su existencia sino una negación de alguna parte de
la obra o persona de Dios. Judas enfatiza la doctrina de la soberanía, tal vez
este un aspecto de la negación. Este título (gr. despótes) se refiere al jefe de familia o dueño que tiene
autoridad absoluta. Se usa para Dios el Padre en Lc 2:29 y Hch 4:24. En este
vers., este título junto con el de Señor, enfatizan la soberanía y deidad de
Jesucristo.
D. Mancillan
la carne (v8 b; cf. 2P 2:10).
Judas los compara con los hombres malvados con los falsos profetas a los
que la Escritura condena. Deu 13:1-5 establece
lo que se ha de hacer con «un profeta o soñador de sueños» que corrompa y aparte al pueblo de su lealtad a Dios. El mensaje de
ellos, la carne era totalmente mala, y por tanto no tenía ninguna importancia;
así es que los instintos del cuerpo se podían satisfacer sin ningún control. Mancillan la carne
es una referencia a la conducta de estos hombres que siguen un comportamiento
inmoral paralelo al de los habitantes de Sodoma y Gomorra (v7).
E. Rechazan la
autoridad (v8d; cf. Jn 12:48; Stg 4:7; 1P 2:13-14).
Autoridad (gr. kuriotes) posiblemente se refiere a la autoridad de Dios
(kurios es “Señor”).
F.
Blasfeman de las potestades superiores (v8e; cf. Ro
13:7; 1Ti 6:3-4).
2P
2:10“Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores,” indica una actitud de rebelión contra la autoridad
divina o a las glorias de Cristo (es decir, su exaltada posición, sus obras y
sus declaraciones).
G. Blasfeman
de lo que no conocen (v10; cf. 1Ti 1:5-7,18-20).
Los falsos maestros decían que poseían conocimiento secreto que les
confería autoridad. Su "conocimiento" de Dios era esotérico, místico
fuera de las Escrituras, aludían que iba más allá de la comprensión humana. El griego
por el primer “conocen” denota conocimiento hondo; el segundo “conocen” es
meramente de percepción de los “sentidos y facultades animales.”
H. Se corrompen
en las cosas que conocen (v10; cf. Ro 1:18-32).
De ese modo llegan a su caída al permitir que los domine su parte
física, tal como sucede con los animales.
I.
Murmuran y se quejan (v16; cf. 1Co 10:10).
Estos se quejan contra Dios y sus caminos (cf. Exo. 16:2-12; 17:3; 1Cor.
10:10). Esta conducta
fue característica de Israel en el desierto. Todo lo critican (BJ, “descontentos de su suerte”) significa lit. “a
los que echan la culpa a su suerte”. Son personas disgustadas con los caminos de verdad y justicia de Dios
porque quieren cumplir sus propios malos deseos. Su boca habla arrogancias (DHH, “hablan con jactancia”) cuando no tienen razón o derecho para hacerlo
(la misma palabra se usa en 2Ped. 2:18) y viven
adulando a las personas (lit. “admiran
las apariencias”)
simplemente por lo que puedan sacar en recompensa. Tal conducta es muy
diferente de la de Dios (Hch 10:34;
Stg. 2:1-7).
J.
Andan según sus propios deseos (v16, 18; cf. Ro 8:7-8).
La causa de sus murmuraciones y querellas es la insaciabilidad inquieta
de sus deseos.
K. Hablan
cosas infladas (v16; cf. Col 2:8; 2Ti 2:16).
Mientras hablan “soberbias”, son en realidad bajos
y aduladores hacia los ricos y prestigiosos.
L.
Causan divisiones (v19; cf. Ro 16:17; Ti 3:10).
Los falsos maestros querían sacar sus opiniones de la doctrina recibida.
Para esto se servían de un arte racional muy refinado. Delimitan un concepto
frente a otro, distinguen dos significados, luchan con palabras vacías e
introducen de contrabando sus opiniones en el depósito de la fe.
M. No tienen
al Espíritu (v19; cf. Ro 8:9).
En el hombre animal y natural, el espíritu, su parte superior, que debe
ser el recipiente del Espíritu Santo, no lo es; y por tanto, su espíritu, no
estando en condición normal, se dice que no tiene espíritu (Jn 3:5-6). En el cumplimiento de la redención las partes
del hombre redimido estarán colocadas en su debida relación: mientras que en
los impíos, el alma separada del espíritu tendrá para siempre la vida animal
sin la unión con Dios y el cielo.
II. ANALOGÍA DE LOS FALSOS MINISTROS
A. Son manchas
en vuestros ágapes (vs. 12).
La palabra “manchas” se traduce de la palabra griega (spilades),
que significa correctamente “roca”. La idea es rocas escondidas en el mar que
causan naufragio.1 Estos
falsos maestros eran tropiezo para la fe y la comunión cristiana.
B. Son
pastores que se apacientan a sí mismos (12).
El propósito de estos falsos maestros no era servir al rebaño, sino a
sus propios vientres (Ro 16:18; cf. Ez 34).
C. Son nubes
sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos (12)
Las nubes sin agua eran una decepción terrible para la gente que
necesitaba la lluvia. Igualmente los falsos maestros eran un engaño y una
decepción. Aparentaban portar la verdad del Evangelio pero estaban destituidos
de ella. Además, eran inconstantes como las nubes vacías que el viento mueve
con facilidad.
D. Son árboles
otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados (12)
A diferencia de los árboles que dan frutos en otoño, los falsos maestros
carecían de fruto práctico y doctrinal bueno. Estaban completamente muertos en
un aspecto espiritual (cf. He 6:4-6).
E. Son fieras
ondas del mar, que espuman su propia vergüenza (13)
Como las olas del
mar que arrastran basura a la orilla, así estos falsos maestros arrojaban la
inmundicia de sus corazones (cf. Is 57:20).
F. Son
estrellas errantes (13).
Como “estrellas” que no siguen un curso regular, estos falsos maestros
aparentaban emitir luz pero no servían para guiar a nadie.
III. RETRIBUCIÓN Y DESTINO DE LOS FALSOS MINISTROS
La carta de Judas señala, sin lugar a la duda, cual es el destino de los
extraviados que extravían a otros:
A. Están
destinados a condenación (vs. 4).
B. Están
destinados a destrucción (vs. 5).
C. Están
destinados a la ira del juicio (vs.
6,15).
D. Están
destinados al sufrimiento del fuego eterno (vs. 7).
CONCLUSIÓN
El creyente tiene en este tiempo de apostasía un compromiso con la
verdad, si es verdaderamente miembro de la iglesia que es columna y baluarte de
la verdad, expresado en:
A. Defender
ardientemente la fe (vs. 3).
B. Convencer
al que duda (vs. 22).
C. Rescatar al
extraviado (vs. 23).
D. Aborrecer
la impiedad (vs. 23).